Y después, a hacer.
Me convertí en la princesa del enduido.
Aprendí a cepillar una pared con revoque grueso y a ponerle la imprimación para poder pintar.
Primero pinté con pincel y después con rodillo, haciendo malabares desde arriba de una escalera.
Me pegoteé las manos con el convertidor de óxido, pero las puertas quedaron divinas.
Se me saltó el esmalte de las uñas y estoy toda salpicada de látex blanco.
Pero el living de mi casa está hermoso.
La pared de mi cuarto es un lienzo blanco y es todo mio.
Este caos es mio.
Y estoy feliz.
Aprendí a cepillar una pared con revoque grueso y a ponerle la imprimación para poder pintar.
Primero pinté con pincel y después con rodillo, haciendo malabares desde arriba de una escalera.
Me pegoteé las manos con el convertidor de óxido, pero las puertas quedaron divinas.
Se me saltó el esmalte de las uñas y estoy toda salpicada de látex blanco.
Pero el living de mi casa está hermoso.
La pared de mi cuarto es un lienzo blanco y es todo mio.
Este caos es mio.
Y estoy feliz.
4 comments:
ayer estaba comiendo panquecones en saint bernard y habia una moza muy parecida a vos (pero con más onda...
mentira XD )
nada, justo me acordé de vos. beso, albañilona.
Es un caos bonito;
realmente bonito.
Un beso mutante,
;)
albañila,
le hacemos un paisaje a tu pared?
reenviame las fotos al mail plischus.
besos y paso pronto.
nadie está seguro
mas que en su vórtice de entropia interior :)
un saludo desde el borde del mundo
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