Animos caldeados
Calor de locura en Buenos Aires. Ultimos dias de las vacaciones bajo un sol que raja la tierra, entre sentimientos ambiguos, complejos. Celos, muchos celos de varios frentes que se mezclan con el sudor y el hastío, decepción, tristeza, bronca revolviéndose en un caldero como una sopa venenosa. Los brazos caidos con amargura, las manos apretadas en un puño que desea golpear a todos y a nadie y el aire sofocante rodea a todos y cada uno, gestando un hervidero de miserias de la que nos vamos a arrepentir irremediablemente: ojalá no tenga consecuencias duraderas.
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